Tras el papelón, la final de la Libertadores se traslada a la Conmebol. Boca quiere los puntos y River se defiende. «Es una traición», dijo D’Onofrio. Acá, las claves de este eterno e histórico superclásico.
Después del 2-2 de la ida había subido la expectativa, pero con la revancha que no se pudo jugar, la violencia, las declaraciones cruzadas, la desorganización, las locuras de la gente y más en el superclásico lo que pintaba para grandioso se transformó en vergonzoso.
Este martes, River y Boca están citados a las 10 de la mañana en la sede de la Conmebol en las afueras de Asunción para, según el presidente Alejandro Domínguez, determinar la fecha de la revancha postergada dos veces este fin de semana. Ahí estarán Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, por supuesto.
¿Qué quiere Boca?
El triunfo y, por consiguiente, la Libertadores. En ese sentido, exige una respuesta de la Conmebol a su documento presentado este domingo, en el que pide que se apliquen las sanciones previstas en el artículo 18, que contempla (de máxima) hasta darle el partido por ganado.
Aunque Angelici en un primer momento había firmado el sábado para jugar este domingo, escuchó distintos pedidos internos y de sus hinchas, que le recordaron lo que hizo River tras el gas pimienta del 2015 en la Bombonera.
¿Qué quiere River?
Que la revancha se juegue en el Monumental y con sus hinchas, como debió suceder originalmente el sábado a las 17 horas. Y D’Onofrio, después de la segunda suspensión, fue contundente en ese sentido al recordar lo que se había firmado -jugarlo- tras la primera postergación.
«Es una traición», argumentó, en honor a la idea de Boca de pedir los puntos. Y recordó la generosidad y solidaridad de River para entender el momento de los jugadores del rival. Dijo, tajante, que habrá revancha en su cancha y con su gente. Y se mostró sorprendido por el reclamo de Boca.
¿Qué quiere la Conmebol?
De acuerdo a las palabras de Alejandro Domínguez, jugarlo en la fecha que arreglen en el encuentro de este martes en Paraguay. Una posibilidad es el fin de semana del 8 ó 9 de diciembre, ya que en ésta que acaba de empezar se hace imposible por el G20 que tiene a importantes presidentes en el país. Según le contaron a Olé, parece difícil que le den los puntos a Boca.
¿Quién define?
Las Unidad Disciplinaria de la Conmebol, que tiene cinco miembros: el venezolano Amarilis Belisario, el brasileño Antonio Carlos Meccia, el chileno Cristóbal Valdés, el paraguayo Eduardo Gross Brown y el argentino Diego Pirota, quien no intervendrá por ser un problema entre clubes de su país. De los otros cuatro integrantes, se expedirán tres.
¿Qué dice el reglamento?
El artículo 18, el que Boca exige que se tome como referencia, menciona 15 opciones de sanción, en este orden: advertencia; reprensión, amonestación o apercibimiento; multa económica nunca inferior a 100 dólares ni nuna superarior a 400.000 dólares; anulación del resultado de un partido; repetición de un partido; deducción de puntos; determinación del resultado de un partido; obligación de jugar un partido a puerta cerrada; cierre total o parcial del estadio; prohibición de jugar un partido en un estadio determinado; obligación de jugar un partido en un tercer país; descalificación de competiciones en curso y/o exclusión de futuras competencias; retirada de un título o premio; retirada de licencia y prohibición de venta y/o compra de boletos.
Fuente: Olé
