Acto por Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia en La Costa

La gente marchó por la avenida 32 bajo la consiga “Sí a la Democracia”. La caravana fue encabezada por el intendente Juan Pablo de Jesús junto a representantes de instituciones, funcionarios municipales y vecinos que llegaron hasta el escenario sobre la costanera.

Organizado por la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Costa, se conmemoró ayer el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. El acto por el 39 aniversario del golpe de Estado se realizó, como todos los años, en la intersección de la avenida Costanera y calle 32 de Santa Teresita.

“Hoy nos encontramos para conmemorar el Día de la Memoria la Verdad y la Justicia” comenzó el mandatario local su discurso en el que subrayó “también es un día para reafirmar el compromiso con una democracia solida que nos incluya a todos y el Estado sea garante de los derechos y no violador de los mismos como lo fue el proceso militar”.

Por su parte, Gloria Lopresti destacó que “la lucha no fue en vano, nosotros estamos continuando la lucha de ellos”.

El acto concluyó con la participación de Lautaro Catrufo y sus músicos y con una ofrenda floral de claveles blancos arrojados al mar a las víctimas del genocidio.

Al escenario subieron además el Secretario de Desarrollo Social Facundo Nores, Martín Poustis, director de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Costa; el director general de Cultura y Educación, Daniel Blanco, Leonidas Mateu, padre de Mara Mateu y Gloria Lopresti, víctima del Terrorismo de Estado.

El 24 de marzo de 1976 Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Agosti tomaron el poder por la fuerza en el marco de lo que ellos llamaron el Proceso de Reorganización Nacional. Brazo armado de algunas asociaciones civiles y corporaciones económicas, el régimen militar sembró el terror en la etapa más negra y sangrienta de la historia argentina.

A través del terrorismo de Estado, el Proceso torturó y asesinó a 30 mil personas, secuestró recién nacidos, saqueó hogares y obligó al pueblo a adoptar estilos culturales extraños. También destruyó la organización básica de una sociedad que pronto se quedó sin respuesta ante el atropello de un modelo económico injusto y nocivo que devastó la industria nacional y socavó las economías barriales que beneficiaron principalmente a grupos económicos extranjeros y a algunas corporaciones nacionales.

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